En estos nueve años, la serie de HBO nos ha enseñado a no encariñarnos demasiado con los personajes, empezando por el rey de Invernalia y patriarca de los Stark.
Aunque los favoritos se esconden tras los emblemas del lobo, el dragón y el león, hemos encontrado razones para doce de los aspirantes principales, no siempre los más previsibles para ocupar el Torno de Hierro.
Por Mónica Zas Marcos , José Antonio Luna
Ciudad de México, 14 abril (ElDiario.es/SinEmbargo).- Las cifras aseguran que en 67 episodios de Game of Thrones hemos asistido a 174 mil 373 muertes, aproximadamente. Inmaculado arriba, inmaculado abajo. Siendo así, cualquiera que haya llegado a la octava temporada con la cabeza sobre los hombros, los ojos dentro de las cuencas y las extremidades libres de quemaduras de fuego valyrio es susceptible de sentarse en el Trono de Hierro.
En estos nueve años, la serie de HBO nos ha enseñado a no encariñarnos demasiado con los personajes, empezando por el rey de Invernalia y patriarca de los Stark. La muerte de Ned fue la primera que trastocó el plan mental de los espectadores, pero después llegaron otras muchas y mucho más traumáticas. Los supervivientes son pocos, y casi todos ellos han protagonizado un cartel sentados en el trono más ansiado. ¿Quién gobernará los Siete Reinos finalmente?
Aunque los favoritos se esconden tras los emblemas del lobo, el dragón y el león, hemos encontrado razones para doce de los aspirantes principales, no siempre los más previsibles. Pero ¿desde cuándo esa ha sido una de las características de la serie?
1. DAENERYS
Si enumerásemos los títulos de Daenerys acabaríamos de una sentada con el espacio de su defensa, y la Madre de Dragones tiene muchas más características que la legitiman para ocupar el Trono de Hierro. Que es el personaje más poderoso de los que aspiran a gobernar los Siete Reinos no entra ni a debate. La hija menor del Rey Loco ha conseguido imponerse aún cuando empezó siendo el juguete intercambiable de su hermano Viserys para alcanzar el trono. Temporada tras temporada, la frágil Targaryen se ha repuesto sola de sus pérdidas hasta resurgir de las cenizas como una khaleesi temida por sus enemigos y respetada por sus aliados.
El único problema es que todos estos atributos -incluidos dos dragones- la convierten en la candidata más previsible, y Game of Thrones es una serie que gusta de hacer saltar todo por los aires. Su otro problema tiene nombre y se llama Jon Snow. El “bastardo” de los Stark es el único que le adelanta en la línea de sucesión, pero Daenerys no es de las que se deja intimidar por etiquetas. Se ha demostrado como una líder comprometida con su pueblo sin perder por ello la firmeza que requiere la corona. Sus rivales tienen dos opciones: hincar la rodilla o Dracarys. Ellos eligen, y Jon Snow no va a ser menos.
2. JON SNOW
Nos hemos pasado gran parte de la temporada llamándole bastardo, pero Jon Snow no era el único “que no sabía nada”. Nosotros también desconocíamos que en realidad es hijo del príncipe Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark. Lo que parecía un aparente “secuestro”, como comprobamos en el capítulo en el que Gilly aprende a leer, en realidad fue una boda secreta orquestada con el consentimiento de ambos. ¿Qué quiere decir esto? Pues que tras el rey Loco, el último en sentarse en el Trono de Hierro tras la Rebelión de Robert, Jon Snow sería el legítimo heredero.
Además, su nombre es Aegon Targaryen y Daenerys, con quien ha flirteado en la última temporada, es su tía. Eso explica, entre otras cosas, que los dragones de La que no arde reciban cordialmente al lobo. Él encarna la esencia de esta historia: es de hielo y fuego, de los Stark y de los Targaryen. Ha demostrado ser un estratega como líder de Guardia de la Noche y una de las personas más cabales de la serie, fiel y sin miedo al peligro cuando se trata de enfrentar un mal mayor como son los Caminantes blancos.
3. CERSEI
La leona es un tipo antagónico de reina al de Daenerys. Mientras que una se ha granjeado el respeto de sus acólitos desde cero, la Lannister ha heredado un poderoso ejército y un bastión infranqueable en Desembarco del Rey que mantiene a través de una dictadura del terror.
Pese a todo, Cersei se maneja mejor en el papel de reina madre que en el de poseedora del Trono de Hierro. Lo ha demostrado con sus hijos Geoffrey -asesinado por envenenamiento- y Tommen -tan infeliz que acabó arrojándose por la ventana ante la cruel venganza de su madre en el Gran Septo de Baelor contra los gorriones, Margaery y su hermano Loras-. Es excepcional manejando los hilos desde las sombras, pero en primera fila carece de un muro de contención.
Aunque se ha ganado el desprecio de la audiencia por jugar sus cartas con ambición y frialdad (y por su desprecio a Tyrion, uno de los favoritos), tiene un cerebro de superviviente. No se hundió cuando el Consejo Privado le dio la espalda porque no soportaban responder ante una mujer, cuando lloró sobre el cadáver de sus tres hijos, cuando la única persona a la que ha amado la traicionó o incluso cuando le lanzaron excrementos durante el “paseo de la vergüenza”. No será la más popular, pero Cersei le ha sabido dar la vuelta al marcador en los peores momentos y ahora, sin sus hijos, no tiene nada que perder. Y la falta de miedo es sinónimo de peligro: seguro la leona no se levantará tan fácilmente del Trono de Hierro.
4. JAMIE
Sería curioso que el apodado como Matarreyes por acabar con Aerys Targaryen, al final, acabara ocupando el mismo puesto que este arrebató. Es uno de los personajes que más ha evolucionado a lo largo de la serie: ha pasado de príncipe de Disney a honrado antihéroe. Es inevitable que al comienzo fuera complicado no odiarle, sobre todo por una de las primeras escenas en la que nos lo presentan: tirando a Bran desde la torre.
No obstante, el camino de Jamie ha sido largo. Unos mercenarios le cortaron la mano derecha, ha comprobado ante sus ojos la muerte de su hija, Myrcella Baratheon, y ha visto con impotencia cómo Cersei le ridiculiza por querer marchar al Norte para luchar contra el enemigo común. El Matarreyes nunca ha sido ambicioso con el Trono, no es como Ned Stark o Jon Snow, pero precisamente por eso quizá pueda ser un líder con parte de bondad, como ya ha demostrado salvando a su hermano Tyrion o dejando escapar a Brienne de Aguasdulces.
5. TYRION
“Bebo y sé cosas”, es la mejor descripción de Tyrion en sus propias palabras. El más pequeño de los Lannister es también uno de los personajes más queridos gracias a tener la mente más brillante de Poniente y la lengua más rápida de la televisión actual. “Dicen que soy un medio-hombre, ¿en qué os convierte eso a vosotros?”, espeta a los soldados justo antes de tomar el control en la espectacular batalla de Aguasnegras. Sus monólogos y sus consejos siempre sabios han ayudado a otros a acercarse al Trono de Hierro, ¿por qué no iban a servir con él mismo?
Por si eso fuera poco, una de las teorías más repetidas en los últimos tiempos es que Tyrion es también un Targaryen. Independientemente de apellidos y de casas, el enano cuenta con la audacia, la empatía y la inteligencia necesarias para ser el rey que querrían más de Siete Reinos.
6. ARYA
Valar Morghulis (“Todos los hombres deben morir”) puede ser el refrán que defina la marca de Arya Stark. La pequeña de la casa de los lobos es también la más directa con sus intenciones: viajar por los siete reinos de Poniente tachando los nombres de su lista negra. Por el camino la hemos visto forjarse una nueva personalidad, servir a los Hombres sin Rostro y sufrir con el aprendizaje de Jaqen H’ghar.
También vengarse brutalmente de villanos como Walder Frey, responsable de la matanza de la Boda roja, y de Petyr Baelish, que acaba desollado ante los ojos de todos en Invernalia poniendo así fin al conflicto entre las hermanas Stark. Si tenemos en cuenta la filosofía de Arya, alejada de lo ornamental y de grandes ambiciones, resulta complicado imaginársela en el Trono de Hierro. Aun así, nunca se sabe qué giros nos pueden deparar en esta última temporada. O, más bien, bajo qué máscara se ocultará esta vez.
7. SANSA
Los personajes femeninos de Game of Thrones se han cocinado a fuego lento durante ocho años y el fenómeno bautizado como girl power escogió a la mayor de los Stark para ponerle cara a esa revolución. Sansa lo tenía todo para encabezar la quiniela de las muertes, pero ha sido una de las supervivientes más dignas de la última temporada y una buena candidata para acceder al Trono de Hierro.
Empezó siendo una niña arrogante cuya única aspiración era ser la mujer florero de algún rubio Lannister y terminó salvando el pellejo del mismísimo rey del Norte. Pero la pelirroja ha tenido que pasar las doce pruebas de Hércules para hacernos olvidar sus inicios. La han violado, ultrajado y casado con todo tipo de villanos a lo largo de ocho temporadas. Pero cuando al final decidió rebelarse, lo hizo por todo lo alto: observando cómo el último de sus maridos y agresores, el abyecto Ramsay Bolton, era devorado por sus propios perros. Solo por eso, y porque es la única que conoce desde dentro cómo funcionan las casas rivales, no sería descabellado pensar que Sansa tiene habilidades para reinar desde la Fortaleza Roja.
8. BRAN
Es uno de los personajes más misteriosos de todo Game of Thrones. No se sabe con exactitud qué papel jugará en el tablero de Poniente, pero lo único seguro es que Bran, convertido en el Cuervo de los Tres Ojos, probablemente sea una de las claves entre la batalla entre las Casas y el ejército de los Caminantes Blancos. De hecho, hay que destacar su extraña relación con El Rey de la Noche, el cual llega a tocar al joven Stark en una de sus visiones.
“Nunca volverás a caminar, sino que volarás”, le dijo el anterior Cuervo a Bran. Y es que, a través de sus viajes en el tiempo, el Stark es capaz de modificar eventos ocurridos en el pasado que afectan al presente de la historia. Es lo que ocurrió con Hodor, que consiguió salvar a sus colegas de los Otros a cambio de tener las órdenes de Bran toda la vida retumbando en su cabeza: hold the door (aguanta el portón). Toda su existencia quedó reducida a una acción, una que ni siquiera fue voluntad propia. Por eso, también se sospecha que el chico minusválido pueda no ser tan bondadoso o inocente como al principio parecía, una razón que, conociendo los antecedentes de la serie, puede ser apropiada para acabar ocupando el Trono.
9. MELISANDRE
“Volveré, querida ‘Araña’, una última vez. Tengo que morir en este país extraño, igual que tú”. La sacerdotiza roja se despidió así de Varys en la séptima temporada dejando claro que todavía le falta una aparición más por Poniente para cumplir con el cometido del Señor de Luz. Es difícil pensar que Melisandre, un personaje bastante breve en la serie, se imponga en los Siete Reinos, pero si los carteles promocionales la sientan ahí es porque en Game of Thrones nunca se puede dar nada por sentado.
Además, no podemos desdeñar el inmenso poder de quien revivió a Jon Snow y cuyo control del fuego podría ser determinante para derrotar a los Caminantes Blancos. Según sus palabras y coordenadas, Melisandre va camino de Volantis para reunir a los sacerdotes rojos de cara a la batalla final. Una mano amiga que, si todo falla, podría terminar sentándose en el Trono de Hierro.
10. SAM
De acuerdo, imaginarse un mundo gobernado por el bueno Samwell Tarly resulta complicado, especialmente después de comprobar cómo es casi imposible pasar por el Trono sin tener un ápice de tiranía en el interior. Pero quién sabe. Sam, al igual que Jon Snow, llegó a la Guardia de la Noche como novato y acabó viajando hasta la Ciudadela para formarse como maestre. Suyo es el valor del saber, del conocimiento, atributos necesarios para vencer al Rey de la Noche.
Hay que recordar que Sam es el primero en descubrir cómo se mata a un Caminante Blanco. Lo hizo mientras escapaba de Craster con Gilly, su actual pareja, y su hijo recién nacido, los cuales fueron amenazados por la criatura de más allá del Muro. En ese momento, el por entonces asustadizo personaje aprovechó para clavarle la punta de una lanza hecha de vidriagón, material clave para derrotarlos. Otro de ellos es el acero valyrio, del que curiosamente está compuesta la espada ancestral (Veneno de Corazón) que Sam toma de su propia familia antes de abandonar la Ciudadela. No sería extraño que esta, al final, acabara siendo decisiva.
11. THEON GREYJOY
El que una vez fuera pupilo de Ned Stark y gozase de simpatía en la casa de los lobos, acabó traicionándolos. Desde ese momento, en el que prendió fuego a Invernalia e incluso mató por placer a dos niños, dejó de ser Theon y pasó a ser Hediondo. Al principio fue una lección de karma a la altura, pero hace falta tener el corazón de hierro forjado para no sentir lástima de las barbaridades cometidas por Ramsay Bolton.
En la última temporada, sin embargo, decide tomar las riendas de su vida y de su casa y acude a salvar a su hermana Yara, que se encuentra a merced del nuevo gran villano: Euron Greyjoy. Puede que Theon sea una de las primeras muertes de la octava temporada o que, por el contrario, consiga arrojar algo de luz a los nubarrones que le han estado acompañando desde que intentó demostrar a su padre que podía hacerse con Invernalia.
12. EL REY DE LA NOCHE
Sería el final más trágico (o uno de ellos): que la amenaza de la que llevan avisandonos todos estos años no solo terminara llegando y atravesando el Muro, sino dominando los 7 reinos de Poniente. Imaginar un tablero con el Rey de la Noche como el jefe de la partida resultaría cuanto menos desolador, pero no sería la primera vez que la serie deja un sabor agridulce a los espectadores.
A su ejército no paran de incorporarse adeptos a cada cuál más temerario. El último de ellos es Viserion, uno de los dragones de Daenerys. Cayó derribado por una lanza mientras intentaba salvar a Jon y los suyos de una emboscada de espectros, pero el rey de la Noche acabó sumándolo a sus filas reconvertido en un dragón blanco. Todavía desconocemos si el hielo apagará el fuego o si, por el contrario, acabará derretido a base de llamaradas.